Tras ensayar, hallar, equivocar y básicamente aprender de sus desaciertos y experiencias Marcelo Tellería comenzó a levantar, piedra por piedra, una pequeña fábrica de embutidos de carne vacuna y de cerdo, a mediados de 1994 con el objetivo de ejercer su profesión e incorporar en la dieta alimentaria valluna el consumo de fiambres.
Con una inversión inicial de 200 dólares en una cortadora de fiambre y un horno rudimentario de ladrillo, la microempresa de Alimentos York de Campo Bello comenzó ofreciendo productos ahumados de cerdo, pavo, tocino, pollos a restaurantes y hoteles, hasta mediados de 2000, cuando su gestor optó por otra alternativa laboral.
A mediados de 2005, con maquinaria y tecnología de punta importada que demandó una inversión aproximada de 70 mil dólares (entre ahorros y préstamos), Tellería relanza la producción mejorada de tocino, chorizo y jamón ahumados, charque de res, jamón crudo, bondiola de cerdo, salamín, enrollado, hamburguesas, salame milán, chorizo parrillero y mortadelas de cerdo y vacunos, todo con sabores de antaño.
Producción
Actualmente, sobre una producción mensual promedio de tres toneladas y media de embutidos, sus viejos y actuales clientes - los restaurantes y los hoteles de Cochabamba- consumen el 60 por ciento de su producción, los mismos establecimientos de Santa Cruz el 30 por ciento y las tiendas y fiambreras de la ciudad el restante 10 por ciento.
Para el primer trimestre del próximo año Alimentos York proyecta expandir sus operaciones e incursionar en otras líneas de producción (jugos, especies, snacks, mermeladas, mates) con varios inversionistas.
Según estimaciones del empresario, los potenciales socios estarían estudiando la posibilidad de invertir entre 15 y 20 mil dólares por línea productiva.
“La empresa se distingue porque atiende en el acto, sean domingos o feriados y por las noches, los pedidos de los hoteles y restaurantes”
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